Las consecuencias son muy graves por estas razones: Por un lado la palabra escrita tiene más poder que la hablada. Al escribir rompemos las barreras del tiempo, espacio y destinatarios. Es decir, la palabra escrita es como un recordatorio constante, un insulto que se repite cada vez que la víctima lo lee, sin necesidad de que el acosador este delante. La palabra escrita permite que el acoso se pueda producir en cualquier contexto o situación. La víctima no puede librarse del acoso nunca, ni siquiera en su casa puede sentirse protegido. La palabra escrita y los medios virtuales permiten alcanzar a todo el mundo. La víctima no puede escaparse del acoso en otros ambientes, ni siquiera haciendo nuevos amigos. Como consecuencia: La víctima siente una sensación de amenaza constante de la que no puede liberarse. Y esto le genera ansiedad. La víctima siente desesperación, e impotencia, no hay nada que pueda hacer para liberarse del acoso, ni siquiera en su casa. Ya no se si
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